Intercambio gratis de Enlaces El Piano Para Todos. Armonía Colombiana.: GUABINA SANTANDEREANA. Por Lelio Olarte. Transc. para piano por Gerardo Betancourt. Escuchar, ver y descargar audio y partitura.

domingo, 26 de noviembre de 2017

GUABINA SANTANDEREANA. Por Lelio Olarte. Transc. para piano por Gerardo Betancourt. Escuchar, ver y descargar audio y partitura.


Escuchar y descargar audio de GUABINA SANTANDEREANA.
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Ver y descargar partitura de GUABINA SANTANDEREANA.
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Lelio Olarte
compositor folclorista




La guabina Santandereana
por Fermín Aristiqueta
Lelio Olarte, nacido en la provincia de Vélez en 1885, regresó a su solar nativo en 1916 luego de cumplir sus estudios en el Conservatorio Nacional de Música, y de viajar por tierras de Antioquia, Caldas y Tolima, saturando su espíritu de emociones musicales. Al ponerse en contacto con el folklore veleño, fue impresionado vivamente por aquellos cantos emitidos únicamente por aguadoras y labradores. Tanto le llamaron la atención que una noche, poderosamente inspirado por el cercano cantar de la gleba, se puso a escribí en el pentagrama lo que inicialmente se llamó la Guabina № 1, desarrollada en un espacio de ocho compases. Esta composición primera debidamente arreglada y decorada la tornó en partitura para piano y le dio instrumentación para banda. Impresa con los escasos medios económicos de su autor, fue repartida gratuitamente a todas las bandas de la república y enviada a varios países americanos.
En 1918 compuso Lelio Olarte la Guabina № 2, sobre la misma temática de la anterior, habiéndose popularizado aun más por su idiosincrasia adaptable a todos los medios. Y en 1922, publicó finalmente la Guabina № 3, debidamente aumentada y corregida, enriquecida con nuevos valores tonales, guabina esta que quedó convertida en Sinfónica, plena de belleza, totalmente lograda para el inmediato reinado de su melodía.
Con la Guabina Sinfónica obtuvo Lelio Olarte el segundo premio del gran concurso latinoamericano, en competencia con 84 concursantes de la más alta categoría.
Desde entonces, la Guabina Santandereana, sangre y pasión de la tierra comunera, nacida en las oquedades íntimas de la sensibilidad indiana, revivida en constante gestación de siglos en los jardines, los zurcos y las chozas campesinas, compañera de los sacrificios hogareños, tan cálida en el amor y tan honda como el sentimiento de nuestras gentes, ha herido con su exquisita musica - flecha de oro indio - el pecho de la raza.
RESEÑA AUTOBIOGRÁFICA DE LELIO OLARTE
"Nací en Puente Nacional, Departamento de Santander, en 1885. Hice mis primeros estudios musicales bajo la dirección de un tío que fue director de una banda de músicos. En 1904 fui a Bogotá e ingresé al Conservatorio bajo la dirección del maestro Honorio Alarcón, siendo mi profesor de armonía el maestro Santos Cifuentes y luego don Federico Corrales, profesor de flauta el maestro Murcia y de solfeo don Enrique Silva.
Para sostenerme en los estudios tuve que colocarme en una de las bandas municipales bajo la dirección de don Rafael Bernal. En Bogotá permanecí hasta 1909 y luego me fui a organizar bandas de músicos en Fresno, Mariquita, El Líbano, Manzanares y Salamina. En esta tarea estuve hasta 1917. Me casé en el Tolima y cuando regresé a Santander traía cinco hijos. Me establecí en Vélez en donde organicé la banda y una orquesta. Luego pasé a mi pueblo natal, Puente Nacional, a organizar otra banda. Allí fui hostilizado por algunos de mis propios coterráneos ......y sin tener en cuenta el bien que le hacía a mi pueblo, pues yo me interesaba por su progreso organizando una banda de músicos sin ningún auxilio ni remuneración, enseñando gratuitamente durante ocho meses, dando de mi bolsillo cinco instrumentos y pidiendo bajo mi crédito en Bogotá en el Almacén Conti Hnos. los instrumentos que faltaban para que el municipio fuera amortizando la deuda poco a poso, pero quedando a deber éste últimamente $ 53.00 que tuve que pagarlos. El agradecimiento del Concejo fue quitarme todo auxilio....
Entre otros servicios inmportantes para mi tierra, me enorgullezco de los siguientes: fui el primero en montar en Puente Nacional una fábrica de gaseosas con el fin de terminar con la chicha y proporcionar al pueblo una bebida sana; introduje el servicio de camiones utilizando para ello un mal camino de herradura para comunicar el pueblo con otras poblaciones vecinas; llevé allí la primera ortofónica; inicié la venta de revistas y periódicos y fui el primer agente de Cromos, Gráfico, Semana Dominical, Mundo al Día y El Tiempo. Luego, de Puente Nacional pasé a Moniquirá en donde organicé una Banda de Músicos.
Tuve que luchar mucho por la vida. Como nunca fui intrigante me costó trabajo lograr la propagación de mi música. La primera pieza que compuse fue un pasillo lento "Amor Secreto". Después compuse los pasillos, "Jugando" "Llorando" y "Elvira".
Cuando estuve en el Tolima compuse un Himno a Policarpa Salavarrieta con letra del señor Roberto Galvis, de Mariquita. En El Fresno compuse los valses "Tolima" y varias salves y zarzuelas infantiles. En Salamina compuse una opereta con letra de don Ramón del Valle Inclán con libreto acondicionado por el poeta Tomas Calderón. Allí también compuse varios Himnos patrióticos y la danza "Salamina" dedicada al doctor Jaime Mejía. La primera Guabina la compuse en Vélez inspirado en los cantos regionales de Bolívar, La Aguada y Jesús María, en 1917. La segunda Guabina la compuse en Puente Nacional en 1918 y la tercera en 1922. Cuando el centenario de Antonia Santos en el Socorro compuse el Himno Socorrano con letra del doctor Daniel Villarreal, habiendo Sido declarado Himno Oficial por el Gobernador García Hernández conforme reza en el Informe Anual y en la Gaceta de Santander.
En 1928 se abrió un concurso musical para premiar tres obras de carácter nacional y en dicho concurso fue premiada mi Guabina Sinfónica con el segundo premio, medalla de oro y $ 100.00, habiendo obtenido el primer premio el Director del Conservatorio de Quito, Sixto M. Duran.
En 1929 los reverendos padres dominicanos abrieron un concurso para premiar la mejor obra y obtuve en este torneo el primer premio y medalla de oro, con mi obra "Andante Religioso".
Por medio de un memorial justo y razonable pedí al Gobierno de Santander un auxilio para la publicación de mis obras, dedicando el producido para lo que la Asamblea dispusiera, pero a pesar de haberse interesado en ello personas influyentes como el doctor Eduardo Ardila y el doctor Daniel Villarreal, la Asamblea no quiso atender mi solicitud, no obstante que la Asamblea estaba integrada por individuos que consideraba mis amigos____ El gobernador Emilio Pradilla dijo que no debía apoyarse la solicitud porque era "anticonstitucional"!!
Hasta ahora solo he publicado las siguientes obras: "Amor Secreto", "Jugando", "Llorando, "Elvira", "Tolima", "Invocación", "LL la", "Gloxínea", "Apoteosis", Guabinas Santandereanas números 1, 2 y 3, y últimamente la "Guabina Sinfónica" o sea la premiada en el concurso antedicho.
Se me olvidaba decir que cuando viví en Vélez compuse un Himno Escolar con letra del doctor Luis Eduardo Ardua.
Como ya. lo dije, no he sido intrigante y por desgracia esto me ha perjudicado mucho. Aquí en Cotombía se necesita ser intrigante para poder conseguir lo que uno anhela. Cuando quise hacerle propaganda a mis Guabinas tropecé con muchos dificultades, pues me dirigí a la Casa Víctor para que las grabaran en discos y allí me contestaron que se necesitaba el visto bueno de Jerónimo Velasco y Emilio Murillo; esto ocurrió en 1919. Opté por instrumentar las guabinas para Banda, mandé imprimir las instrumentaciones y las repartí gratuitamente entre todas las Bandas de la República para hacer conocer el verdadero tema de la Guabina, porque se han publicado otras piezas pomposamente llamadas Guabinas (....) que son. bambucos y pasillos. Después de tres años de creciente popularidad impuesta por fuerza de mi fe, mis Guabinas fueron grabadas en discos y en rollos para autopiano. .
En Moniquirá compuse una Gavota llamada Sobre el Pómeca la cual -mandé a imprimir a mi costo en Valencia (España). A la Asamblea de 1931 le dirigí un memorial por conducto del doctor .... (Aquí hay un doloroso capítulo relacionado con la burla de la Asamblea de esa vigencia y saltan los nombres de políticos confabulados en una innoble actuación contra el artista). En septiembre de 1931 me nombraron Alcalde de Puente Nacional.... De la Alcaldía pasé de Almacenista de la Carretera del Noroeste en el sector de Guepí-Las Vegas, en donde fui perseguido por (nos abstenemos de publicar los nombres completos), quienes intrigaron ante el señor gobernador para que me quitaran la miserable colocación; y el principal motivo ha sido porque dije la verdad en un incidente ocurrido entre____
Últimamente compuse en Guepsa una Plegaria a la Virgen y una marcha que instrumenté para Bandas y Orquesta. El asunto del auxilio para la publicación de mis obras musicales al fin me lo enmochilaron del todo y se perdió mi esfuerzo, por culpa del ídolo de los vélenos doctor...., orador muy bueno pero traicionero y doble. (Viene aquí otro importantísimo capítulo que preferimos no transcribir para no causar desasón al acusado....)
...Dejo constancia de que en mivida he tenido tres enemigos (un político y dos músicos, que repetidamente nombra él maestro Olarte en su Autobiografía, de la cual hemos extractado para conocimiento del público los apartes que hemos creído convenientes) ...
Hasta entonces (1932) el maestro Olarte había vivido más o menos bien de salud. Los trabajos, las penalidades, los desengaños, venían presionándolo con insistencia hasta que minaron su energía orgánica. Una afección a los oídos y a los riñones lo comenzó a precipitar hacia la nada. En sus últimos tiempos, sin embargo, logró crear numerosas composiciones musicales para Banda, instrumentos de cuerda, órgano y sinfónica.
En Bucaramanga estuvo algún tiempo dedicado completamente al arte musical. De ese tiempo son suyas numerosas composiciones de gran riqueza folklórica. Allí también, como en todas las demás, partes, sufrió la envidia de algunos enemigos gratuitos, émulos unos de su arte y los más politiqueros intrigantes que abominaban de él por sus rancias cualidades de franqueza y de honradez. Semejante situación fue saturando al maestro aun más de resentimiento y de amargura. En los últimos días el maestro quedó completamente sordo. Murió el 15 de Enero de 1940 en Bucaramanga, a la edad de cincuenta y cinco años.
Tomado de la Revista Santanderes, No. 2, agosto de 1950






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