Intercambio gratis de Enlaces El Piano Para Todos. Armonía Colombiana.: julio 2017

domingo, 30 de julio de 2017

ARMONÍA COLOMBIANA TRANSCRIPCIONES. Obra Pianística de los Aires Patrios. Tomo 1.


Ver tomo 1 de Armonía Colombiana. Obra Pianística de los Aires Patrios.
https://www.dropbox.com/s/ogkc5k8x7bvo4kc/Armon%C3%ADa%20Colombiana%20transcripciones%201%20completo..pdf?dl=0

Escuchar J. E. Rivera, pasillo de José I. Tovat página 15.
https://drive.google.com/file/d/0B8X6Rai0dTO8RDhIM244NmhTVEk/view?usp=sharing

Escuchar El Sotareño, bambuco de Francisco Diago página 73.
https://drive.google.com/file/d/0B8X6Rai0dTO8ZXo4MGYwd0ppM2s/view?usp=sharing


viernes, 28 de julio de 2017

ARMONIA COLOMBIANA. Obra Pianística de los Aires Patrios. Tomo 2, por Gerardo Betancourt.


Ver partitura de Armonía Colombiana. Obra Pianística de los Aires Patrios, tomo 2.
https://www.dropbox.com/s/fl3j6wpw0vem4na/tomo%202%20armon%C3%ADa%20colombiana%20completo..pdf?dl=0

Escuchar audio Pasillo Fantástico, página 04 de Armonía Colombiana. Obra Pianística de los Aires Patrios, tomo 2
https://drive.google.com/file/d/0B8X6Rai0dTO8bHJsa3hHYUYyUjA/view?usp=sharing

jueves, 27 de julio de 2017

ARMONIA COOMBIANA. Obra Pianística de los Aires Patrios. Tomo 1. Por Gerardo Betancourt.


Ver partitura de Armonía Colombiana. Obra pianística de los Aires Patris. Tomo 1
https://www.dropbox.com/s/c8md1bki7r4f7e0/Armon%C3%ADa%20Colombiana.%20Tomo%201%2C%20completo..pdf?dl=0

Escuchar audio de Pasillo Alucinado, página 63 de Armonía Colombiana. Obra Pianística de los Aires Patrios, tomo 1.
https://drive.google.com/file/d/0B8X6Rai0dTO8a2w5dWJ3MnZmWG8/view?usp=sharing

viernes, 14 de julio de 2017

PASILLO FANTASTICO. Para piano. Gerardo Betancourt. Imagen, partitura y audio.

jueves, 6 de julio de 2017

EL GALERÓN LLANERO. Alejandro Wills. Transc. para piano por Gerardo Betancourt. Imagen, enlaces y biografía.


Ver y descargar partitura.
https://drive.google.com/file/d/0B8X6Rai0dTO8UHdTSFV4b2RHVmc/view?usp=sharing

Escuchar y descargar audio.
https://drive.google.com/file/d/0B8X6Rai0dTO8YTlmd2E0b2NaMUE/view?usp=sharing

Alejandro Wills
Son contadas en la historia de la canción popular colombiana, los personajes que como Alejandro Wills aportaron no sólo sus capacidades musicales sino su vida entera a la divulgación de la canción nacional. Con Alberto Escobar recorrió las Antillas, hasta llegar a New York, para seguir luego a México, recorrer la América Central y luego seguir por toda Sudamérica, llevando las canciones colombianas a los mejores auditorios que entonces existían, en épocas en que era tan difícil moverse por falta de carreteras, de vehículos, de hoteles y afrontando las muchas dificultades que el viajar así implicaba.
Alejandro nació Alejandro en Bogotá el 24 de junio de 1887. En su adolescencia comenzó a aprender la ejecución de la guitarra mientras que otros compañeros de barrio aprendían otros instrumentos. Ellos eran Arturo Patiño y Jorge Rubiano la bandola, Ernesto Neira y Luis María Forero el tiple. Estudiaban en grupo en la casa de Rubiano. Por el año 1905 los conoció Emilio Murillo y los integró a su Estudiantina. En 1911 ya se destacaba el dueto de Arturo Patiño con Alejandro Wills y fueron seleccionados por don José V. Gaitán representante de la casa Victor para grabar en los estudios de Camden, en New York. Pero no fueron.
El 22 de agosto de 1912 la revista El Artista dedicó la edición a Wills y hace excelentes comentarios a su labor como compositor y como intérprete. Destaca especialmente el bambuco “Tras de la verdes colinas“, el pasodoble “Sangre y arena” y el vals “Tus ojos ingrata”.
 En estos días Pedro Morales Pino que recientemente había llegado de Guatemala con su familia, ofreció el primer concierto (1913) con la Nueva Lira Colombiana y una Orquesta también dirigida por él. Un comentario de prensa hace mención al éxito que tuvo el programa e informa además con tristeza la ausencia de Wills. Y dos pequeños recortes sin fecha informan que Wills está gravemente enfermo y anotan que su dolencia, bastante rebelde, no da esperanzas de pronta mejoría. Por Alejandro Wills (hijo) supe que sufrió una parálisis facial y que su recuperación fue muy lenta. Pero no era una enfermedad grave. Los informes eran exagerados. Y en un evento organizado en Girardot el 5 de enero de 1913, es decir en ese mismo mes figura Wills con Patiño, Luis Mª Forero y Florentino Valderrama como Arpa Nacional. La parálisis facial de Wills no fue muy larga y pudo suceder a mediados de 1913 porque en el mes de noviembre ya estaba cantando con Alberto Escobar en las grabaciones que hicieron en la máquina portátil que trajo la Victor. Y grabaron cuatro canciones: los bambucos “Tras de las verdes colinas”, “En la luz de tu mirada”, la gavota “Ausencia” y el bambuco “Renacimiento” que no fue editado.
La primera fecha en que aparece Wills con Alberto Escobar en su álbum es el 27 de mayo de 1915 y ya eran artistas consagrados, en una velada ofrecida por el maestro Pedro Morales Pino, en la que estrenaron de éste la danza “Onda fugaz” con versos de Carlos Villafañe y cantaron también “Divagación” y el sábado 5 de junio en el Teatro Municipal volvieron a figurar en otro concierto del mismo maestro. A partir de esta época comienza la cadena de éxitos que se prolongaron durante varios años a través de todo el continente latinoamericano. Wills y Escobar completaron la obra de Pedro Morales Pino al darle categoría y brillo a la canción colombiana. Vestidos con gran elegancia y en los mejores salones de la capital, sus canciones alcanzaron prestigio y popularidad.
 El 27 de febrero de 1917 se hicieron presentes en el concierto beneficio de despedida ofrecido por Pedro Morales Pino que regresaba viudo con sus hijos a Guatemala y en octubre de ese año terminaron una serie de presentaciones que estuvieron haciendo con la Estudiantina Rubiano. El 28 de noviembre volvieron al Teatro Olympia y estrenaron la danza “Añoranzas” del maestro Calvo que les había enviado desde su exilio. Fueron apareciendo más creaciones de Wills, “Arrayanes”, letra que en Medellín le había dado Julio Vives Guerra, “Desde la playa”, “Mi vida”, “Ojeras” y el pasacalle “Sol bogotano”.
En 1918 decidieron realizar su primera gira internacional que fue anunciada y muy comentada por toda la prensa escrita de Bogotá. El 20 de febrero salieron de Bogotá y el 9 de marzo hicieron su debut en el Club Barranquilla y se presentaron con el violinista Miguel Bocanegra que ya conocían desde la época del Arpa Nacional. Posteriormente cantaron en el Teatro Cisneros. El 1º de abril estuvieron en Cartagena, en el Club, en el Teatro Municipal y en el Variedades y el 6 de mayo cantaron en Santa Marta. De allí por vía marítima viajaron a Caracas e hicieron su debut como el Trío Colombiano el 2 de junio de 1918 en el Teatro Princesa. En Caracas estrenó Wills el vals “Tarde de abril”. Siguieron a Curazao y se presentaron en el Teatro Habana. Luego pasaron a Puerto Rico y continuaron para Santiago de Cuba pero no se pudieron presentar porque tenían cerrados los teatros como consecuencia de una epidemia de gripa. Siguieron para La Habana. Haciendo una presentación en el Teatro Payret de La Habana un representante de la casa Victor los escuchó e inmediatamente fueron contratados para grabar 30 temas. Inicialmente les propusieron pagarles con regalías sobre ventas, pero no aceptaron y arreglaron por $ 3.000,oo. De allí viajaron a Nueva York en donde cumplieron su compromiso de grabación en los meses de abril y mayo.
En el mes de agosto se embarcaron para Mérida (México) y el día 18 hicieron su primera presentación en el local de la Asociación de Periodistas de Yucatán en donde además varios duetos yucatecos los homenajearon con sus canciones. El día 26 de agosto hicieron el debut en el Teatro Olimpia, en donde estuvieron 12 días consecutivos y les dieron el título de Los Reyes del Bambuco. Les gustó tanto la cordialidad y el ambiente yucateco que se estuvieron más de cuatro meses.
En el mes de noviembre viajaron a Progreso en donde se embarcaron para New Orleans y estuvieron actuando una semana en el Teatro Odeón. De allí otra vez por barco viajaron a Honduras y en la localidad de La Ceiba se presentaron el 20 de diciembre (1919), en el mes de enero (1920) actuaron en Tegucigalpa y en San Pedro de Sula se presentaron el 17 de febrero. No estuvieron mucho tiempo en Guatemala, porque el 10 de marzo ya estaban actuando en la población de Santa Ana en San Salvador Luego viajaron a Guatemala en donde estaba residiendo su querido maestro y amigo Pedro Morales Pino. Sería para todos un momento muy emocionante el volverse a encontrar lejos de la patria, en donde habían compartido tantas veces los mismos escenarios colaborándose mutuamente. Luego pasaron a Nicaragua y en Managua comenzaron sus conciertos el 23 de mayo y después continuaron para Costa Rica. Pasaron luego a Panamá en donde iniciaron sus actuaciones el 25 de julio y realizaron ocho funciones en el Teatro Variedades, para viajar luego a Buenaventura adonde llegaron el 12 de agosto y en tren seguir a Cali con la ansiedad de estar cuanto antes en su querida Bogotá. El jueves 27 de enero de 1921 regresaron Wills y Escobar al Teatro Olympia después de tres años de ausencia y el público que añoraba sus actuaciones se volcó completamente a la sala en todas las presentaciones que hicieron. Además en el Teatro Municipal le colaboraron a Morales Pino en una presentación que hacía en su beneficio.
En los primeros días de 1922 comenzaron a hacer los preparativos para hacer una gira por Suramérica acompañando a Morales Pino con la Lira Colombiana y después de hacer varias presentaciones en el Teatro Caldas de Chapinero, salieron de Bogotá el 20 de marzo con Aristóbulo Ortiz, Gustavo Romero, Antonio Ruiz, Salomón Martínez y Alfonso Acevedo. Viajaron primero a Panamá y se presentaron allí, para luego embarcarse nuevamente y seguir a Guayaquil adonde llegaron el viernes 14 de julio e hicieron su debut en el Teatro Parisiana. Después de haber actuado en Riobamba y Ambato llegaron a Quito y el 27 de junio hicieron el debut en el Teatro Sucre. En el vapor Imperial continuaron su gira hacia el Perú. Se presentaron en Trujillo el 26 de octubre y llegaron a Lima el 18 de noviembre. Ese mismo día hicieron la primera presentación en el Teatro Forero. Cómo la meta propuesta de llegar al Perú estaba cumplida, el maestro Morales Pino decidió regresar a Bogotá en los días finales de enero.
Ya sin el maestro, Wills y Escobar con Aristóbulo Ortiz que cambió la guitarra por otra bandola y Salomón Martínez, convertidos en el Cuarteto Lira Colombiana siguieron para Chile e hicieron su primera escala en Arequipa. El 19 de julio hicieron su primera presentación en Santiago de Chile. Cuatro meses estuvieron en Chile. En el mes de septiembre ya estaban en Buenos Aires haciendo su primera presentación en la sala Empire el día 22. En el mes de junio ya estaban en Río de Janeiro. En octubre de 1924 estaban en Pernambuco, en diciembre en Maranhao, después en Belem do Para y trabajaban con el nombre de Los colombianos.
Del Brasil salieron por barco hasta Ciudad Bolívar, en Venezuela, adonde llegaron en junio de 1925 e hicieron varias presentaciones en el Teatro Bolívar. Para el mes de julio ya estaban en Caracas y se presentaron durante varios días en la Sala Capitol. Dos meses estuvieron en esta ciudad.
Siguieron a Mérida en donde también permanecieron varios días, luego pasaron a San Cristóbal y actuaron en el Teatro Garbiras hasta que salieron para Cúcuta. Estando en esta ciudad recibieron la triste noticia de la muerte de su querido amigo Pedro Morales Pino el 4 de marzo. Seguramente que los afectó mucho, dados los nexos tan cercanos que tuvieron con él casi toda la vida, pero había que continuar y seguir...cantando. De Cúcuta pasaron a Bucaramanga y se presentaron una semana en el Teatro Garnica a partir del jueves 22 de abril. Y nuevamente en Bogotá...Después de cuatro años de ausencia el público bogotano estaba ansioso de volverlos a escuchar y el 12 de julio iniciaron sus presentaciones en el Teatro Faenza en donde estuvieron 15 días consecutivos con llenos absolutos del teatro. El 15 de octubre les dedicaron una función en su beneficio.
Al acercarse 1929 Wills y Escobar fueron designados por el gobierno nacional para formar parte de la comitiva musical que representaría a Colombia en la Feria Exposición Mundial de Sevilla. También formaron parte de esa misión Emilio Murillo, Francisco Cristancho y Jerónimo Velasco. El 7 de mayo de 1929 hicieron el debut los artistas colombianos en el Ateneo de Sevilla con un programa en el que intervinieron Wills y Escobar, interpretando “Quereme chinita” y Francisco Cristancho los acompañó en el piano en los temas “Limoncito” y en un joropo.
El viernes 21 de marzo de 1930 reaparecieron en el Teatro Faenza de Bogotá donde estrenaron el bambuco “Los cucaracheros” que hacía poco tiempo habían grabado en Nueva York Alcides Briceño y Jorge Añez. Y seguramente cansados de tanto ajetreo artístico decidieron cambiar de actividades. Alejandro Wills se fue a administrar el Hotel Estación en Cachipay, importante centro turístico de los bogotanos en esa época y Escobar lo visitaba con alguna frecuencia. Un día, el 24 de septiembre de 1934, mientras los dos recordaban viejas canciones, Alberto sufrió un ataque cardíaco que lo llevó a la eternidad. A finales de 1942 Alejandro enfermó gravemente y por recomendación médica fue llevado a la ciudad de Girardot, en donde falleció el 9 de febrero de 1943.
Esta es una biografía muy resumida de Wills y Escobar. La biografía completa está en el libro de Pedro Morales Pino, la Lira Colombiana y Wills y Escobar y también en la obra de La Canción Colombiana y su historia escritos por Jaime Rico Salazar.
Los archivos artísticos de los artistas.
Cuando los artistas salían a realizar sus giras acostumbraban a pegar en un álbum los recortes periodísticos en donde comentaban sus actuaciones. Cuando pasaban a otro país esos comentarios era su carta de presentación para los teatros en donde querían actuar. Tres artistas hicieron esos álbumes. Pedro Morales Pino, Alejandro Wills y Jorge Añez y por esos documentos hoy es posible conocer la historia artística de ellos y la historia de la canción colombiana. Pero estos documentos estuvieron escondidos durante muchos años. Hernán Restrepo Duque conoció la existencia de los álbumes de Wills, son dos, pero nunca los pudo tener en sus manos. La persona que los tenía, no los quería enseñar, pero sí me informó quien era (Guillermo Amado (†) y después de varios años de lucha conseguí tenerlos en mis manos. Además de los recortes de los periódicos hay unas fotografías de inmenso valor histórico que nunca se habían conocido y que están presentes en el libro de Pedro Morales Pino y en La Canción Colombiana y su historia. También por cosas del destino cayó en mis manos el álbum de Jorge Añez y fue posible ensamblar toda la trayectoria de su vida personal y artística con Alcides Briceño. Su biografía completa quedó registrada en la revista Nostalgias Musicales Nº 7. También por cosas del destino pude tener en mis manos el archivo artístico que dejo Pedro Morales Pino que me sirvió para escribir su biografía pormenorizada con todos los recortes de periódicos desde 1894. Nadie más en Colombia ha conseguido tener en sus manos esos documentos que han servido para hacer la historia de la canción colombiana con una exactitud de fechas y de circunstancias que nunca hubiéramos conocido sin estos documentos.
 En la fotografía Wills está al lado derecho.
Por Jaime Rico Salazar.

martes, 4 de julio de 2017

GUILLERMO EL POLLO GARCÍA falleció recientemente. Queremos brindarle un emotivo recuerdo.





Ver enlace de GUILLERMO EL POLLO GARCIA.
https://drive.google.com/file/d/0B8X6Rai0dTO8LXJXS25xMjVxTEk/view?usp=sharing

Es penoso comunicar que el pasado 2 de julio falleció el músico Guillermo García, saxofonista, en Santa Marta, ciudad donde se afincó hace muchos años desempeñándose en banda oficial y donde logró pensionarse. Cariñosamente se le conocía como el Pollo García y le sobraban méritos para ser reconocido como un excelente saxofonista de hermoso sonido, rápida lectura y puntual en sus compromisos. El 10 de junio de 2011 le dediqué unas pocas líneas en mi blog El Portal de la Música Colombiana, que hoy quiero recordar junto con su magnífica interpretación de la pieza El Pollo García, solo de saxofón, que se impregnó en un LP de 1974 bajo el título de Compositores del Surcolombiano, y cuya música es imposible desligar del reclamo airoso y pulcro de su saxofón.



domingo, 2 de julio de 2017

VALLE DEL CAUCA. Pasillo por Luis E. Nieto. Transc. para piano por Gerardo Betancourt. Imagen, partitura, audio y biografía.


Ver y descargar partitura.
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Ver y descargar audio.
https://drive.google.com/file/d/0B8X6Rai0dTO8QU9UbzV3SDFDYms/view?usp=sharing

Luis E. Nieto
Representa como compositor la figura más importante que tiene Colombia en su zona sur. De familia muy humilde y campesina Luis Enrique Nieto Sánchez nació el 21 de junio de 1898 en Pasto. En la Escuela Santo Domingo que dirigían los Hermanos Maristas hizo sus estudios escolares y allí fue donde descubrieron que tenía buen oído y lo incluyeron en el coro estudiantil. Posteriormente ingresó a la Academia de Arte, en donde aprendió a tocar guitarra y otros instrumentos.
En 1915 comenzó a frecuentar un grupo de amigos que también tocaban instrumentos de cuerda y en aquellos días decidió formar una agrupación musical para alegrar las reuniones familiares en las frías noches pastusas, conjunto que bautizaron con el nombre de Lira Clavel Rojo. Estaba integrada por cinco guitarras, un tiple, una bandola y un instrumento parecido a una bandurria que él llamaba “requinto”.
El primer director de la Lira fue Campo Elías Dorado y así se mantuvo el grupo hasta 1922 cuando pasó Luis Enrique a ser el Director. Por esta época el grupo musical ya había tomado características muy profesionales y decidieron hacer una gira por Túquerres, Ipiales y Tulcán, consiguiendo muchos aplausos. Como ya el número de integrantes era de doce personas decidieron cambiarle el nombre por el de Orquesta Clavel Rojo y organizaron una gira por Ecuador en 1927.
En Quito actuaron en el Teatro Edén, el mejor de la ciudad en esos años. Por esos días se había firmado un tratado de límites entre Perú y Colombia, conocido como Lozano-Salomón que había causado resentimientos con Ecuador, razón por la cual se vivía allí cierta tensión contra los colombianos.
Cuando la Orquesta Clavel Rojo se fue a presentar le comunicaron a Luis E, la inconveniencia de
empezar su actuación con el Himno Nacional colombiano. Contrariado por la situación, decidió iniciar
el programa con una marcha que había compuesto recientemente con el título de “Por Colombia”. El
auditorio que no esperaba este cambio los aplaudió calurosamente. La orquesta actuó además en diferentes teatros y clubes y fueron recibidos por el Presidente Isidro Ayora, en cuyo honor ofrecieron una presentación en el Palacio Presidencial.
En 1929 la fama que la Orquesta Clavel Rojo tenía en el sur de Colombia era notable. Un señor
Polakis, persona prestante en los medios caleños y quién ya conocía la calidad de la orquesta en Pasto,
le sugirió a la Junta Directiva del Hotel Alférez Real de Cali que estaba por inaugurarse en esos días
que contrataran para tal ocasión a la Orquesta Clavel Rojo. Su presentación fue todo un suceso en Cali,
lo que motivó que les prorrogaran el contrato durante tres meses más. En esa permanencia en la Sultana
del Valle, Luis Enrique inspirado por la extraordinaria belleza del Valle del Cauca compuso el pasillo
que tituló con el mismo nombre, una de las piezas musicales más hermosas del repertorio colombiano.
En 1934, Luis Enrique recibió la información de que la Pfaff, compañía alemana que fabricaba
máquinas de coser, necesitaba un himno para su empresa. Decidió entonces participar en el concurso
con una marcha que fue considerada por el jurado como la ganadora (en 1937) y difundida por todo el
mundo en el sello de la Columbia. (Nº 5579)
En 1937 su situación económica fue muy difícil. La música no dejaba lo suficiente para mantener
la obligación del hogar que había formado con Victoria Venegas (el 25 de marzo de 1925) que le dio
9 hijos. Otra de las actividades que desarrollaba era la pintura, profesión que tampoco le completaba
sus necesidades económicas y decidió entonces buscar un futuro mejor en el Putumayo, que a la hora de la verdad tampoco encontró. Una región muy diferente, inhóspita, otras gentes y otras costumbres, un ambiente salvaje que no le dejó a Luis Enrique más que la vivencia de la selva y que le inspiraron el pasillo “Cantar en la selva” y el vals “Mirando el Putumayo”.
Llegó el año 1938. Bogotá se preparaba para celebrar el IV centenario de su fundación. El Director
Nacional de Bellas Artes, don Gustavo Santos, organizó para tal ocasión un encuentro con los conjuntos musicales más representativos de cada departamento. Luis Enrique y su Conjunto Clavel Rojo fueron los escogidos por el departamento de Nariño para representarlo en el evento que se desarrolló del 31 de julio al 12 de agosto.
La primera sesión se celebró en el Teatro Municipal. Más de 300 artistas, representando a las diferentes
regiones del país dieron inicio al programa con la interpretación del Himno Nacional y Luis Enrique marcó la melodía con la ejecución admirable que hizo en su *“requinto”. Cuando le llegó el momento de actuar con El Clavel Rojo, presentó primero un pasodoble “Saludo a Bogotá” que emocionó rofundamente a los asistentes, después el pasillo “Trepando al Galeras”, el bambuco “Ñapanguita” y la marcha “Cero cero” todas ellas de su inspiración y el Jurado calificador los declaró fuera de concurso.
Con la acogida tan extraordinaria que tuvo el grupo en Bogotá, decidieron prolongar su permanencia en la capital, ya que los principales centros sociales requerían su presencia: el Jockey Club, el Club de Abogados, el Hotel del Salto y el Municipio de Bogotá que los presentó como la atracción musical más importante en la reunión que les ofrecieron a los alcaldes de las capitales sudamericanas y también la que les ofrecieron a los Directores de los Conservatorios de los diferentes países que se hicieron presentes. Como recuerdo de aquellas sesiones memorables, los parlamentarios nariñenses le obsequiaron a Luis Enrique un hermoso tiple con incrustaciones de nácar. Y se hizo famosa la Orquesta Clavel Rojo siendo solicitada por muchas ciudades del occidente colombiano. En abril de 1948 fue invitada nuevamente a Bogotá con ocasión de celebrarse la Novena Conferencia Panamericana. Desafortunadamente los tristes sucesos del 9 de abril hicieron fracasar sus actividades y debieron abandonar la capital en medio del desconcierto que se vivió en aquella trágica fecha.
Luis Enrique y su orquesta continuaron su vida musical. En el mes de diciembre de 1954, al cumplirse el 50 aniversario de la creación del departamento de Nariño, fue condecorado con la Medalla de Oro al Mérito Musical. Posteriormente el 22 de noviembre de 1956, le fue otorgada la medalla de acero “Agustín Aqualongo”. En la misma fecha la colonia caldense y el Club el Comercio de Pasto lo premiaron con una fuente de plata tallada con los escudos de los dos departamentos.
Pero se acercaba Luis Enrique al final de su existencia. El cáncer hizo de él otra de sus víctimas. Soportó con gran valentía la enfermedad y con toda lucidez mental veía como se acababa su vida. Decía con toda la tranquilidad del caso que “estaba derrochando mucha cama”. El 22 de diciembre de 1968 sintiendo que llegaba su último momento, hizo poner en el tocadiscos, a todo volumen, la pieza que él consideraba como su máxima creación, el fox “Viejo dolor”. Finalizando los últimos compases, su alma se escapó con la música. Muchas personas que se habían reunido en la calle, frente a su casa, esperando el fatal desenlace, no se explicaban como en una situación tan delicada para un enfermo grave, se ponía música a todo volumen.
La obra musical de Luis Enrique Nieto es sin lugar a dudas la más importante del sur de Colombia. Y como ha sucedido en tantos casos, vale la pena anotar que Luis Enrique no tenía la mínima idea de lo que era un pentagrama, nunca quiso aprender notación musical. Y decía con mucha gracia cuando le preguntaban por sus conocimientos de música que “yo no sé nota, pero no se me nota”. La línea musical de sus composiciones la escribía su amigo y compañero Juan Erazo Grijalba. Su máxima creación fue el pasillo “ Valle del Cauca ” una pieza brillante con muchas dificultades para su ejecución y el bambuco “Chambú” inspirado en la novela del mismo nombre que escribió en hermoso castellano su paisano Guillermo Edmundo Chaves. Fue estrenado en un club de Pasto y fue tanto el éxito que tuvo en aquella ocasión que tuvieron que interpretarlo 10 veces...
También se destacan por su belleza el bambuco “Ñapanguita”, del que dijera Emilio Murillo que era un monumento a nuestra música; la marcha “Cero cero”, el pasillo “Trepando al Galeras”, el fox “Viejo dolor” (letra de Teófilo Albán Ramos), la marcha “Por Colombia”. Haciendo un resumen de su obra se pueden contabilizar 24 pasillos, 23 marchas, 11 bambucos, 9 danzas, 6 valses, 5 fox-trot, 5 boleros, 3 himnos y un bunde.
Su discografía...
Fue grabada “La Pfaff” en Nueva York por la Orquesta del puertorriqueño Pedro Vía el 18 de junio
de 1937 (Co 5579) y en el reverso del disco acoplaron el pasodoble “Bradelar” también de Luis
Enrique. En esos mismos días el 14 de septiembre la misma orquesta le grabó el fox-trot “Viejo
dolor”(Co 5636).
La Estudiantina Colombiana que dirigía el argentino Teric Tucci le grabó el pasodoble “El Tiempo”
(Victor Nº 82183) el 21 de octubre de 1937 y su famoso pasillo “Valle del Cauca” el 26 de octubre
de 1937 (Victor Nº 82183). Y nuevamente la misma orquesta le llevó al disco el fox-trot “Viejo dolor”
(Victor Nº 82313) el 25 de marzo de 1938 y los pasillos “Ojos rutilantes” (Victor Nº 82728) y “Pasto
en pie” (Nº 82727) que fueron grabados el 12 de junio de 1939.
La orquesta puertorriqueña que dirigía el maestro Noro Morales le grabó la marcha “Leonor” (Co
5854) y el pasillo “Polvorín” el 15 de marzo de 1939.
Fotografia y datos biográficos de la obra “La Cancion Colombiana y su historia” de Jaime Rio Salazar.